Es cierto que averiguar la forma de la Tierra estando dentro de ella es complicado. Por suerte el ser humano ya ha podido salir del planeta lo suficiente como para comprobar que es redonda, y así lo atestiguan los vídeos y las fotos como esta:
Sin embargo, si eres de los que piensan que esas fotos no son reales y aún tienen dudas sobre la esfericidad de nuestro planeta, en este artículo vamos a exponer algunas evidencias de que La Tierra no es plana, sino más bien esférica. Comencemos.
Tenemos fotos de la Tierra vista desde el espacio que evidencian que es más bien esférica
Esto de que la Tierra es una esfera no es una idea moderna, sino que las primeras evidencias escritas de ella nos llegan desde la antigua Grecia. Por ejemplo, los marineros observaban que, al alejarse un barco de la costa, lo primero que dejaba de verse era el casco y, por último, la parte superior de las velas. Desde el barco, lo primero que dejaba de verse de la costa era la playa y lo último la parte alta de los edificios. Esto quiere decir que, entre ambos puntos, el terreno se curva y por eso se pierden de vista de este modo.
También observaban que la sombra de la Tierra que se proyectaba en la Luna durante los eclipses era redonda.
También podrías pensar en los usos horarios, como la noche o el día se van sucediendo de forma progresiva en diferentes zonas de la Tierra, lo que se explica muy bien si se considera una Tierra esférica que rota.
Cómo desaparecen los barcos a alejarse o la sombra de la Tierra en la Luna durante un eclipse son algunas evidencias de que la Tierra no es plana
Aunque estas evidencias son fácilmente comprobables, seguramente se podrá dar un argumento que explique los mismo fenómenos pero con una Tierra plana, así que vamos a ahondar un poco más.
Eratóstenes, un sabio que llegó a ser el responsable de la biblioteca de Alejandría en el S.III a.C. usó un método basado en sombras y trigonometría para calcular el radio terrestre. Pero no te lo vamos a explicar nosotros, sino el gran Carl Sagan:
Eratóstenes calculó que la circunferencia terrestre era de 43,5·10³km. Teniendo en cuenta lo rudimentario de sus mediciones, no se desvió mucho de los 40·10³km considerados actualmente.
La gravedad es, sin duda, uno de las grandes evidencias de la que la Tierra es esférica, pero hay argumentos terraplanistas que intentan desactivarla, exponiendo que en una Tierra plana las cosas se pegan al suelo porque el plano terrestre acelera hacia arriba a, exactamente 9,8m/s² , la aceleración de la gravedad. Sin embargo, si esto fuera así, la gravedad en todos los puntos de la Tierra debería ser exactamente la misma y esto no sucede.
El valor de la aceleración gravitatoria es ligeramente diferente en cada punto de la superficie terrestre. Dado que es una fuerza central, dependerá de la distancia al centro de la Tierra, por lo que no es la misma en el fondo de una sima oceánica que en la cumbre del Everest, por ejemplo. Además, hay otras evidencias de que los cuerpos con masa se atraen, por ejemplo el experimento Cavendish:
Henry Cavendish, a finales del S.XVIII, colocó dos esferas de plomo sobre unos postes fijados al suelo y otras dos esferas más pequeñas, una en cada extremo de una vara. Esa vara colgaba del techo por un alambre muy fino. La idea era comprobar si las esferas de mayor masa atraían a las esferas de menos masa hasta que se juntaban. Para evitar interferencias como una brisa, colocó el aparato dentro de una caja y la caja dentro de un cobertizo y él observaba con un telescopio por un agujero desde fuera del cobertizo. Concluyó que, efectivamente las esferas pequeñas se movían, retorciendo el alambre, bajo el efecto de la gravedad de las esferas grandes. Con esto pudo dar el valor de la densidad de la Tierra y, por ende, su masa con una precisión del 1%. Evidentemente este experimento se ha replicado cientos de veces, con tecnología moderna y mejores mediciones y el resultado es siempre el mismo: los cuerpos con masa se atraen entre sí, ergo, la gravedad existe.
El experimento Cavendish evidencia que la gravedad actúa como una fuerza central y es la responsable de que nos peguemos al suelo
Demos un paso más: ¿Cómo es que el cielo nocturno que vemos es diferente en cada punto del planeta? Si la Tierra fuera plana, la bóveda celeste que vemos sería siempre la misma, estemos donde estemos. Sin embargo, el cielo es diferente si estás en el hemisferio norte o en el sur. Esto se explica fácilmente si la Tierra es esférica: cuando estás en un hemisferio, la propia Tierra te bloquea las estrellas que están del otro lado. Al moverte por la superficie terrestre vas pudiendo ver estrellas que antes te quedaban ocultas y dejas de ver otras que antes podías ver.
El cielo no es igual según el hemisferio desde el que mires porque la propia Tierra te oculta las estrellas que están sobre el otro hemisferio
Podríamos dar más argumentos a favor de la esfericidad de la Tierra, pero vamos a ir directamente a uno que es indiscutible: el sentido de rotación de las estrellas.
Si estando en el hemisferio norte haces un vídeo del cielo nocturno, verás que las estrellas se mueven, rotando en sentido antihorario. Si lo haces en el hemisferio sur verás que las estrellas se mueven en sentido horario. Con una Tierra esférica esto se explica fácilmente: no son las estrellas las que se mueven, sino que es la Tierra la que rota, y como toda la Tierra rota en el mismo sentido, en función de el qué hemisferio estas verás que el sentido de giro de las estrellas es uno u otro.
Las estrellas giran en sentidos contrarios en un hemisferio y otro porque en realidad es la Tierra la que gira en el mismo sentido y según el hemisferio en el que estás, el movimiento aparente de las estrellas es diferente
Ahora que ya hemos aclarado este punto, podemos pasar a hablar de la estructura de nuestro planeta, sus movimientos y las consecuencias de los mismos. Pero eso será en otro artículo.
Y, si aún te han quedado dudas, ¡no dudes en dejarnos un comentario!
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