La curiosidad intrı́nseca al ser humano ha hecho que desde los albores del tiempo la humanidad mire hacia arriba y se haga preguntas sobre esos pequeños puntos luminosos que adornan nuestro cielo cuando el Sol se esconde. Con el tiempo muchas de esas preguntas han ido encontrando respuestas y la mayoría han suscitado más preguntas.
Una de las grandes limitaciones a la hora de observar el Universo es la atmósfera: sus turbulencias enturbian las observaciones, absorbe determinadas franjas de luz, los fenómenos meteorológicos impiden la observación y la contaminación lumínica hace estragos en la calidad del cielo. Por todo ello, la NASA y la Agencia Espacial Europea, en un esfuerzo conjunto, diseñaron el programa Grandes Observatorios, inaugurado el 24 de Abril de 1990 con la puesta en órbita del Telescopio Espacial Hubble.
Esta fabulosa herramienta, que nos permite una resolución de 0.04″, se encuentra orbitando alrededor de La Tierra a 593Km sobre el nivel del mar, completando una vuelta en 96-97 minutos. Sin embargo, nada más comenzar con las primeras observaciones los científicos se percataron de que había un problema: la imágenes eran borrosas. Un corrector mal calibrado provocó que el espejo primario de 2.4m de diámetro se puliera defectuosamente, provocando una aberración esférica que desfiguraba significativamente las imágenes.
Durante la Primera Misión de Servicio en el Hubble en 1993, los astronautas Story Musgrave y Jeffrey Hoffman colocaron el dispositivo de óptica correctiva COSTAR en una operación que duró 6h 47 minutos y que nos dejó imágenes tan impresionantes como esta:
Tras esta reparación, las imágenes del Hubble pasaron a ser las mejores vistas del Universo de las que disponía el ser humano.
Desde entonces, el Hubble ha sido decisivo en el avance de la Astrofísica y la Cosmología, por ejemplo aportando información sobre agujeros negros supermasivos, ayudándonos a precisar la edad del Universo, aportando evidencias de la existencia de energía oscura, captando el nacimiento de estrellas y planetas o capturando las primeras evidencias de moléculas orgánicas en un exoplaneta.
El Hubble nos ha ayudado a desentrañar grandes misterios del Universo
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