La Luna I: Estructura y formación

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Estamos tan acostumbrados a que nos acompañe que a veces olvidamos lo impresionante que es nuestro satélite. La Luna no sólo ha sido musa de músicos y poetas, sino que también es nuestro escudo frente a asteroides, estabiliza nuestra órbita, da lugar a las mareas y mantiene vivo el muy necesario campo magnético terrestre. Además, es el único cuerpo celeste donde un humano ha puesto los pies, exceptuando la Tierra. En este primer artículo de la saga lunar vamos a hablar de su formación, composición y estructura. Adelante.

Comenzaremos con unos datos:

  • Su masa es un 1.23% de la masa de la Tierra.
  • Tiene 3476km de diámetro.
  • Su gravedad es 16.6% veces la gravedad terrestre.
  • La distancia media Tierra-Luna es de 384400km.

Ha habido muchas teorías sobre cómo se formó la Luna. En los años 80 fue muy famosa la teoría de la ‘Captura’, según la cual nuestro satélite era antes una ‘patatita’ espacial que vagaba por el Universo y al pasar cerca de la Tierra, la gravedad de ésta la captó. Sin embargo, la teoría que finalmente se impone sobre las demás es mucho menos romántica.

La Luna se formó en un evento cataclísmico en el recién formado Sistema Solar: un protoplaneta de tamaño similar a Marte, llamado Theia, colisionó con una joven Tierra. De la energía y el calor del impacto, la corteza terrestre se fundió y una gran cantidad de restos incandescentes fueron liberados al espacio. Debido a la gravedad de la Tierra, los trozos comenzaron a orbitar y se unieron dando lugar a nuestro satélite. Esta teoría justifica las grandes similitudes geoquímicas entre la Tierra y la Luna y también sus diferencias en cuanto a densidad y composición.


La Luna se formó tras una colisión de un protoplaneta con una joven Tierra


Una vez formada, hace unos 3800-4000 millones de años, la Luna sufrió un intenso bombardeo de asteroides, al igual que el resto de cuerpos del Sistema Solar. Aquí es donde se originaron la mayoría de los cráteres que podemos observar hoy en día en su superficie. Tras este periodo, hubo una época de vulcanismo en la que grandes cantidades de lava cubrieron las cuencas de impacto más profundas, dando lugar a los llamados ‘mares’ lunares.

Estos mares, como los bautizó Galileo, tienen como componente principal el basalto. Son zonas llanas y de tono oscuro. El mayor de ellos se llama Oceanus Procellarum.


Los mares lunares son el resultado de una época de vulcanismo y están compuestos por basalto


Por otro lado tenemos los cráteres, resultado de las colisiones de meteoros. En estos socavones podemos encontrar tres formaciones: la base, el anillo y un pico central. Este pico central se forma por la misma razón que tirando una piedra a un estanque, por donde entra la piedra nos salpica un poco de agua. En el choque el calor funde la corteza lunar y siendo más líquida, salpica. Debido a la baja temperatura, se solidifica y queda un pilar. Algunos de ellos alcanzan los 4000m.

La orografía de la Luna es muy variada: montañas, cordilleras, promontorios, valles, rupes (escalones o muros) y domos. Éstos últimos son como promontorios coronados por un cráter, por lo que pueden recordar a volcanes. También tenemos rayos de cráter, formados por el material expulsado en las colisiones de meteoros. Brillan más debido a que es material más joven, menos erosionado por la radiación. Se erosionan y desaparecen con el tiempo, por lo que los encontraremos cerca de los cráteres más jóvenes.


La orografía lunar es muy variada, encontrando montañas, cordilleras, cráteres, valles, rupes, domos…


En cuanto a la estructura interna de la Luna, se divide en capas, como la Tierra:

  • La corteza, formada por regolito o suelo lunar, formado por una primera capa de unos 5km en los valles y unos 30km en montañas, y otra capa a partir de unos 20km de formaciones rocosas típicas lunares llamadas gabros y anartositas.
  • La litosfera lunar a partir de unos 60km.
  • El manto lunar, que es la capa más densa y la más estudiada, ya que aquí se localizan la mayoría de los epicentros de los movimientos sísmicos lunares. Sí, hay terremotos en la Luna.
  • Con la profundidad va disminuyendo la densidad del manto hasta llegar al núcleo, a 957km de profundidad, formado por hierro y sulfuro de hierro. Se estima que se encuentra a unos 1700ºC , por lo que se encontraría en estado líquido.

La estructura interna de la Luna se organiza en capas, como en la Tierra


Debido a la ausencia de atmósfera, no hay vientos que erosionen y cambien asíduamente la superficie lunar, por lo que lo ocurrido en ella se mantiene igual durante muchísimos años. Sí que existe una erosión debido a la radiación, aunque es de efecto más lento.

Otra consecuencia de la ausencia de atmósfera es la diferencia tan brutal de temperatura entre el día y la noche lunar, alcanzando la parte iluminada los 105ºC y la parte nocturna los -151ºC. Además, no hay atardecer ni anochecer, ya que no hay atmósfera que difumine la luz. En la luna puedes, literalmente, poner un pie en el día y otro en la noche a la vez, sin que hubiera una zona crepuscular intermedia.


La ausencia de atmósfera hace que no haya crepúsculo